Bolivia es otro destino absolutamente recomendable. Un lugar históricamente fascinante, con un paisaje muy variado y gente sencilla y adorable.

Y es que Bolivia tiene para todos los gustos. Para los amantes de la historia te sugiero elegir entre Tiwanaku (civilización pre-inca qué talló unos monolitos enormes con bajos relieves jeroglÃficos), Potosà (con su pasado colonial y el desdichado cerro de oro) o las pampas del Beni (una cultura misteriosa que creó colinas y canales con guijarros de cerámica en los llanos del Amazonas).

Si prefieres la naturaleza puedes perderte en la selva del Amazonas (bosque primario y salvaje a un dÃa en barca de Rurrenabaque), recorrer en 4×4 el salar de Uyuni y alrededores (vasto, frio, inhóspito… uno de los mejores paisajes del mundo) o explorar a tu aire el parque nacional de Sajama (llevate ropa de abrigo porque dormirás en una casita de adobe a 4050metros de altura, rodeado de volcanes nevados que sobrepasan los 6000m).

Y si lo tuyo es la gente, vÃstete con tu mejor sonrisa, sé paciente e intenta comprender un poquito a las cholitas (esas señoras vestidas con trajes de colores, tocadas con bombÃn y que sin duda son tus mejores aliadas a la hora de comer y de comprar en los mercados). El esfuerzo merece la pena. De todos modos, una visita a Tarija, más cálida y hospitalaria, y rodeada de bodegas de vino, seguro que te dejan muy buen sabor de boca.

Ahà queda eso…
