A través de la montaña y cruzando el cañon Tara varias veces por puentes imposibles llegué a Sarajevo. El bromista de información de la estación de autobuses me indicó que se podÃa caminar hasta el centro (descubrà más tarde que eran unos 6 kms…, pero claro, más andaron los romanos) y enseguida me encontré deambulando por una auténtica zona de guerra. Si recordais, Karadzic (que fué apresado hace unas semanas en Belgrado) se ensañó con Sarajevo. Debió de pensar que si no era para él no iba a ser para nadie y no dejó un solo edificio sin acribillar a balazos (y no es una forma de hablar, es literal). Me sentà como un corresponsal de guerra en medio de aquellos edificios marcados por la artillerÃa (sólo faltaban las detonaciones, porque no habÃa un alma por la calle).
Sarajevo es mayoritariamente musulmana (aunque conviven con cristianos y ortodoxos), con un centro histórico ya reconstruido de bazares, mezquitas y cafés turcos. Preparan los mejores bureks (pasteles salados) de queso y de espinacas de todos los balcanes. Además, en uno de los puentes de la ciudad es donde mataron al prÃncipe Franz Ferdinand en 1914, que fué el detonante de la primera guerra mundial. Vamos que Sarajevo tiene imán para los conflictos.
Lo mejor estaba aún por llegar y ocurrió en Mostar. A raÃz de un accidente a caballo (poca cosa, un solo punto debajo de la rodilla, pero que no me dejó andar con normalidad durante varios dÃas), tuve la tremenda suerte de conocer en profundidad el verdadero significado de la hospitalidad. Majda (la dueña del albergue), Bata (su hermano) y la abuela me estuvieron cuidando y mimando como si fuese de su propia familia: me preparaban sopitas caseras, me llevaban al hospital, me sacaban de paseo en coche, me organizaron una fiesta sorpresa con pasteles. Estuve 5 dÃas y no veÃa el momento de partir. Ni siquiera me cobraron la estancia y el ultimo dÃa todavÃa me hicieron un desayuno bosnio para mi solo que apenas pudimos acabar entre 6. La lección de humildad y cariño que aprendàbien valió la coz del caballo.
Tengo la impresión de que Bosnia se llevó la peor parte de la guerra, con una gran diferencia. Y es una verdadera lástima porque tienen gente maravillosa y muchÃsimos lugares interesantes por descubrir. Creo que tendré que volver.
Saludos
Paco (desde Berlin)
Album de Fotos de Bosnia en Flickr