[Extracto de mi diario]
SABADO. MEDIO DIA. CAMPO BASE del CHACHANI (5200 msn) – PERU
Está granizando fuera de la tienda de campaña. Siento las manos heladas y menos sensibles la punta de los dedos (cada vez cuesta más escribir).Hoy hemos andado poquito. Apenas una hora y media y sólo 100 metros de desnivel. Era lo previsto. Aclimatación.

En unas horas, de madrugada, saldremos hacia la cima del Chachani (6075 msn). Es mi primer intento a una montaña tan alta. Sería mi primer 6000. Estoy muy ilusionado y con muchas ganas. Sería la culminación (aunque puede ser un punto y seguido) a estos últimos años de montañismo. Siento que sería llevar a mi cuerpo a otro lugar nuevo, volver a empujar los límites, a ensanchar mi mundo y descubrir hasta dónde soy capaz de llegar.
Noto que subir requiere mucho más esfuerzo a estas alturas. La cima está a casi un kilómetro (875m) del campo base. Los guías dicen que serán entre 3 y 5 horas de caminata. La idea es ver amanecer en la cima. Voy con 4 suizos, uno de los cuales si parece tener algo de experiencia. Veremos cómo nos va.
LUNES. ATARDECER. HOSTAL AREQUIPA – PERU!Ayer coroné mi primer 6000! !Siiiiiiiii! Tengo la sensación de que fué más sencillo de lo que esperaba. Todos los de mi grupo hicimos cima, pero otro de 3 que venía detrás abortó a media subida.

El sábado por la tarde continuó el frio, nevaba a ratos y el cielo seguía cubierto. Seguía sin verse dónde estábamos. Salí de la tienda a mear y terminé subiendo un buen rato. Las ganas me empujaban. A las 16:30 ya habíamos comido/cenado. Ligerito: arroz blanco, tomate, medio aguacate, un pedacito de queso y una manzanilla (mejor ir con el estómago casi vacío porque la digestión se hace más pesada en altura).

A las 19:00, ya estaba metido en el saco. Me puse casi todo lo que traje: mallas y camiseta térmicas de primera capa; 3 pares de calcetines; los pantalones gruesos de esquí que me prestaron los guías; una camiseta y un suéter de polyester; el pasamontañas, los guantes y el gorro. Dejé a un lado (y no los necesité) el plumas y el cortavientos. El saco resultó suficiente y no pasé frio.
Sin embargo no pegué ojo. Los nervios, quizás la falta de oxígeno y las salidas a mear, me tuvieron en vilo, con pequeñas “siestas de una hora”. A las 00:45AM nos despertaron. Matecito de coca y un pan. El cielo se había despejado. Todo estaba en orden. A la 01:40AM comenzamos a subir. El objetivo era llegar, así que no había demasiada prisa. Cada 200 metros de desnivel, hacíamos una parada de 5 ó 10 minutos. Bebía agua y mordisqueaba una barrita de chocolate. La verdad es que eso me permitió recuperar cada vez todas las fuerzas y llegué fresco y eufórico a la cima.

Sobre las 5 de la mañana comenzó a haber luz. En el último tramo, algo más estrecho y nevado, tuvimos que ponernos los crampones. Tenía los dedos congelados, así que me tuvo que ayudar el guía. Comenzó a amanecer y a las 6:25AM llegué a la cima del Chachani. Estábamos pletóricos. Cielo completamente despejado. El cráter nevado. Una vista colosal. El Misti, con casi 5900m de altura, parecía nuestro centinela. La sombra del Chachani, un cono casi perfecto, se proyectaba hacia el Oeste. Tenía la sensación de haber conseguido algo grande, bonito, un hito histórico: “ Un pequeño paso para la humanidad, pero un gran paso para el hombre (o sea, para mi)”.

La vuelta fué por la tangente (la subida fué en zig zag), y en apenas una hora (la subida fueron casi 5) estábamos de vuelta en el campo base. Siestecita al sol, aprovechando el día magnífico que se había quedado, y recogida de la tienda para regresar al jeep. El paisaje se mostraba ahora por primera vez con todos sus contrastes: conos volcánicos, rocas rojas (hierro) y amarillas (azufre), “musgo” redondeado verde brillante y picos blancos recién nevados. Broche de oro a un buen día.
