Fiji continuó en la lÃnea de la Polinesia Francesa. Otro trocito de paraÃso en el PacÃfico Sur, repleto de gente hospitalaria y muy muy tranquila.

La primero que noté es que habÃa muchos más turistas. Vuelos relativamente económicos desde Australia y Nueva Zelanda, hacen de Fiji un destino paradisÃaco al alcance incluso de mochileros. Abundan los europeos y sudamericanos que tras haber pasado unos meses, precisamente en Australia o Nueva Zelanda, recogiendo fruta, de camareros o en la obra, deciden regalarse una semanita en una playa de postal. ¡No es mal plan!

En Fiji, que como te digo están más acostumbrados al turismo de mochileros, opté por acampar. Por unos 10$ diarios me dejaban plantar mi tienda en el recinto del hotel (bajos las palmeras, o en la playa más cercana), y además me daban las 3 comidas, normalmente buffet. ¡Insuperable!

Los Fijianos son buena gente, sencillos y de sonrisa blanca resplandeciente. Tienen una actitud amable y sincera, y complacer parece que forma parte de su naturaleza. Recuerdo que le mencioné a Solomone, el cocinero del hotel en Nacula, que habÃa oÃdo hablar del «lovo«, una forma de cocinar con piedras calientes en la arena, y al dÃa siguiente ya me estaba preparando uno de esos, reservados normalmente para ocasiones especiales. O si me veÃan volver con mangos pequeñitos (que habÃa recogido en mi paseo por la isla), al dÃa siguiente me traÃan unos enormes y sabrosÃsimos.

Además son, sin lugar a dudas, la gente más tranquila y relajada que yo haya visto nunca. En Mana, una islita que se recorrÃa a pie en 15 minutos, con apenas unos 20 bungalows, los hombres se sentaban sobre esteros de hojas de palma en la arena, a la sombra de los árboles, a tocar la guitarra, a cantar y a beber Kava (un té frio hecho con una raiz que te «adormece» ligeramente).

Lo sorpendrente es que se sentaban un jueves y se levantaban un Domingo. ¡Es otro nivel, toda una vida de intenso entrenamiento! Yo después de 2 horas no podÃa más. Eso sÃ, mientras tanto, son las mujeres las que se ocupan de todo.

Pues eso, que Fiji es un buen lugar para relajarse.
