Hasta donde yo sé, de lo que yo he visto en este mundo, las islas Galápagos son un lugar realmente único e irrepetible. Y, ¿Por qué son tan especiales? Sencillamente porque no existe otro sitio en este planeta donde uno pueda acercarse tanto y a tantos animales. Estos, bien protegidos desde hace mucho tiempo, no nos tienen miedo. Se han acostumbrado a un hombre que, por una vez, no resulta una amenza.

Uno comienza a disfrutar desde el mismo instante que llega a Puerto Ayora (la isla principal). Junto al muelle se comienza a saborear las maravillas que se avecinan: siestean leones marinos; se tuestan al sol cangrejos e iguanas; pelicanos y cormoranes esperan un despiste de los pescadores para arrebatarles un bocado fresco; y tiburones de aleta negra y tortugas marinas motean las aguas cristalinas. ¡Seguramente el mejor zoo del mundo!

La mejor manera de visitar estas islas es, obviamente, en barquito y con un biólogo local. Barato no es, pero sinceramente no se me ocurre mejor manera de compensar las largas horas de oficina. Pregunté en varias agencias una vez allÃ, y la única opción que se adaptaba a mis fechas era un yate de primera clase (el Millennium Yacht, por si te lo estás pensando). Aunque tuve que hacer de tripas corazón, y luchar contra mis espartanos hábitos de mochilero, al final me dejé embaucar durante 9 dÃas y 8 noches por las comidas buffet, el A/C en el camarote de maderas nobles, la terraza, el solarium y la ducha con vistas al océano. Espero que no me lo tengas en cuenta (;-)). A veces uno también tiene que hacer estos esfuerzos.

Una vez más fué fabuloso. Disfruté como un niño de algunas de las mejores playas del mundo (las cuales se comparten con tortugas y leones marinos en lugar de sombrillas y guiris); de paisajes volcánicos y grietas donde viven flamencos rosas; de bacanales de iguanas, incontables, unas sobre otra s en busca de los rayos del sol;del aspecto tontito y de los andares patosos de los piqueros de patas azules; de los delfines haciendo acrobacias en la proa del yate al atardecer (¡sublime!); de snorkelling, al menos una vez al dÃa, con pingüinos, tiburones, rayas aguila moteadas, tortugas, leones marinos, cormoranes buceando en busca de presa, estrellas de mar…

El broche de oro fué un buceo el último dÃa donde nada más descender al fondo (unos 30 metros) me vi rodeado de 5 tiburones martillo. Son seres de otro planeta, con los ojos saltones y la piel en 2 colores. Uno de ellos, seguramente el macho, me doblaba en tamaño. Les tenÃa tantas ganas, y estaba tan emocionado que me puse a dar volteretas con mi buddy (pareja de buceo).

Galápagos te malacostumbra. Es increÃble. VolverÃa una tercera vez sin pensármelo.
