Pese a la situación anómala de Venezuela que ya te he contado, el viaje no defraudó. Ni un instante.
Para empezar, con la devaluación desbocada y sin frenos, Venezuela resulta a dÃa de hoy el paÃs más económico del mundo para viajar. Obviamente esto es asà para los de fuera, para el que lleva dólares en los bolsillos. La historia es completamente distinta para los locales.

Es el paraÃso de los mochileros de presupuesto ajustado. Para muestra, un botón: pagaba 1$ la noche por una habitación con mucho encanto en una posada colonial y familiar (Mama Tila); Almorzaba una comida de 2 platos muy sanos por 0,4$; un viaje en bus de 8 horas salÃa por unos 60 céntimos; un safarà de 4 dÃas con todo incluÃdo me costó 36$. Una ganga.

Esta vez lo que hice fué quedarme todo el tiempo en Mérida, una ciudad bonita, estudiantil, segura, con gente culta y clima agradable, a los pies de los andes. Y desde ahà me dediqué a explorar y a hacer excursiones por la zona, con la inestimable ayuda de Rosa y Evita, dos personas encantadoras, honestas y caóticas, que además tenÃan una agencia (Guaganco, por si te animas a ir).

Me acerqué a Los Nevados, una aldeita encantadora, perdida en los andes y accesible únicamente por una carretera sin asfaltar que hasta el momento ostenta el tÃtulo de ser la que más miedo me ha hecho pasar. Subà con Harry, un maestro de orquesta alemán de lo más majete, al Pan de Azúcar, un pico Andino de 4737m, rodeado de páramo, frailejones (una especie de «catus esponjosos» de altura) y caballos salvajes. Encontramos además unas aguas termales en plena naturaleza de lo más espectacular.

Y además me dà otro atracón de fauna y animales salvajes en el lago Maracaibo y en los Llanos.

HabÃan monos aulladores pelirojos, caimanes de 3 metros, ibis escarlatas, miles de garzas reales, oaxines (una especie de pava hedionda y punkie), halcones, capibaras, tortugas prehistoricas, delfines rosados de rio… Sin lugar a dudas de los mejores lugares del mundo para disfrutar de los animales en su hábitat.

