La clásica pregunta de ¿Playa o Montaña? tiene una respuesta bastante democrática en Montenegro.
En el litoral se suceden los acantilados, las playas de piedras (que no de arena!) y agua azul turquesa cristalina (esto ya se considera adriático), contrastando con el verde de las colinas de pinos que llegan hasta la misma orilla, y que a veces vuelven a emerger en el mar, formando islas a lo largo de todo el litoral. Espectacular. Mi hizo pensar que quizás hubo momento en el que toda la costa era asi, incluso en España (recordad aquello de que una ardilla podia atravesar España de Norte a Sur sin bajarse de los árboles).
Pasé por Ulcinj, lleno de albaneses y kosovares que desfilan por el paseo marÃtimo arriba y abajo hasta la extenuación (pobres, es lo único que no les cuesta dinero); Sveti Stefan, una islita donde reside un antiguo monasterio de piedra que hoy funciona como hotel de lujo para alemanes; y Budva el centro turÃstico del pais, hiper masificado y con una parte antigua diminuta y completamente restaurada (pierde mucho encanto).
Y despues me interné en la montaña, en el parque nacional Durmitor, y resulto absolutamente fabulosa. Casi desierta, sin gente, pero muy accesible, con lagos que parecen espejos, piedra gris granÃtica salpicada de vegetación, cuevas de hielo y cotas cubiertas de nieve. Además esta el cañon Tara, el más profundo de Europa, donde hice un simulacro de rafting (habÃa mucha agua y los rápidos apenas se sentÃan).
Vi en un hotel de Zabljak el partido de fútbol contra Italia. El único español del bar (y posiblemente de varias decenas de kilometros a la redonda), y se ve que se dieron cuenta (quizas por los gritos, o por mi forma de devorarme los dedos… quién sabe) y al final del partido muchos se acercaron para darme la enhorabuena. Curiosas las emociones que genera el futbol.
Saludos
Paco (desde Praga)
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