Taquile parece sacado de una pelÃcula de ciencia ficción. Una de esas donde una máquina del tiempo nos transporta al pasado, y de pronto aparecemos 600 ó 700 años atrás, en medio de una civilización, los Incas en este caso, que creÃamos extinguidos desde hace siglos.

Taquile es una islita pequeña (se puede recorrer a pie en un par de dÃas) que se encuentra a casi 4000 metros de altura (más alta que cualquier pico en España), en el mÃtico y mÃstico lago Titicaca. Esto se ha convertido en toda una «ventaja» para preservar la cultura inca y salvaguardar una forma de vida milenaria.

Además Taquile ha Tenido la suerte de haber permanecido fuera de las rutas turÃsticas principales. La mayorÃa de viajeros que aparecen por el Titicaca se contentan con ver o pasar un(os) dÃa(s) en la isla del Sol, que aunque también es muy bonita, carece de la autenticidad de Taquile.

Asà que el aislamiento natural y ese poquito de suerte siempre necesaria en todo, han hecho que Taquile sea el último reducto vivo de la cultura Inca. Un lugar completamente único, mágico y con una energÃa especial. Taquile aún mantiene el estilo de vida inca que existÃa en los Andes cuando llegamos los españoles.

Nuestro viaje en el tiempo comienza con una travesÃa tranquila en barco de casi 4 horas por el Titicaca. Al llegar a Taquile, lo primero que vemos es que no hay carreteras, ni coches, ni motos, ni postes de la luz. Ni siquiera animales de carga, ni tampoco perros (sólo por esto ya merece la pena ir). Únicamente caminos de piedra entre las terrazas de cultivo talladas a mano (aún lo siguen haciendo… yo los vi).

Los locales, como no podÃa ser de otra forma, son gente sencilla y amable, hablan en Quechua, visten ropa tradicional, hacen ganchillo en sus ratos libres (sobre todo ellos) , y viven de la agricultura (papa, maiz, habas, quinoa) y de la pesca (trucha, ispi) todavÃa abundante del lago. Tienen un sentido comunitario muy desarrollado y colaboran entre ellos en lugar de competir.

Se respira tranquilidad. No hay nada de contaminación. Hay armonÃa con el paisaje, sin inventos modernos que aquà no se necesitan. Además la belleza del azul chispeante del lago, con las cordillera real nevada al fondo, y alguna playita de agua cristalina, hacen de Taquile un lugar absolutamente maravilloso para disfrutar de paseos infinitos.

Un viaje en el tiempo posible e idÃlico.
Album de Fotos de Taquile en Flickr