Estando en Popayán, una mañana bien temprano me acerqué a Silvia, un pueblito en las montañas que los martes, dÃa de mercado, se llena de indÃgenas de aldeas cercanas, vestidos de forma tradicional.

Me senté en una pastelerÃa a desayunar. Yo estaba con un café y un pan observando al gentÃo, cuando llegó un tipo con una cerveza y se sentó en mi mesa.
Me empieza a dar conversación. Me dice que en el pasado habÃa tenido problemas con el alcohol, las drogas, el juego y las mujeres, pero que desde que descubrió a Dios era mejor persona. En un momento le pregunto de qué trabajaba antes de caer en todos los vicios.
- -QuÃmico, me responde.
- -Esa es una buena profesión, le digo yo.
- -SÃ, yo preparaba la pasta base de la coca en la montaña.

¡Blanco y en botella! ¡Viva Colombia!
2 Comentarios a “Un quÃmico… en Colombia”
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