Vanuatu fué la cuarta y última parada en mi travesÃa paradisÃaca por el PacÃfico Sur. Y como no podÃa ser de otra manera, fué el broche de oro a 3 meses fantásticos. El descubrimiento de un diamante en bruto.

Lo primero es lo primero. Vanuatu, para los de la LOGSE y para los Atléticos, está justo aquà (entre Fiji y las islas Salomón, por si eso te ayuda más):

Vanuatu se siente mucho más salvaje (menos desarrollada, más aventurera) que otras islas que ya habÃa visitado en el PacÃfico Sur. Es un lugar de aspecto más rudo, con una atmósfera más indÃgena, menos pulida.

Pero eso es sólo la impresión inicial. Nunca fué tan cierto aquello de que las apariencias engañan. Me gusta pensar que Vanuatu es un diamante en bruto.Â

Y como suele ocurrir con los lugares menos turÃsticos, Vanuatu me brindó algunas de las experiencias más auténticas de todo mi viaje. Sobre todo hay 2 que aún permanecen frescas en la retina.

Yo pensaba que en Fiji eran hospitalarios (y lo son), pero es que en Vanuatu llevan el trato con el de fuera a un nivel superior, completamente nuevo, de otro planeta, y que yo aún no habÃa descubierto que existiese, pese a llevar ya unos cuantos paÃses y experiencias en la mochila.

Un Finlandés que vive allà me lo explicó de forma muy fácil: «en las islas, si quieres, no gastas nada». Obviamente no lo entendà hasta que no lo experimenté.

Los de Vanuatu son tan extremadamente amables y amigables, que si hay conexión, te hacen sentir inmediatamente como uno más de su familia, como si fueses un hermano que ha vuelto después de varios años.

Y claro, si les dejas, te alojan y te alimentan gratis. Y te llevan, machete en mano, a la cima de la colina para disfrutar de unas vistas paradisÃacas. Y te traen langosta, pescada la noche anterior, para desayunar. Y te llevan a beber Kava (una raiz que en Vanuatu emborracha, en lugar de adormecerte como ocurrÃa en Fiji). Y la primera camioneta que pasa siempre te recoge. Y nunca faltan en la mesa las piñas, cocos, mangos, nueces, plátanos.

Y todo ocurre de forma completamente natural, con confianza, sin presiones, como si fuese lo más normal del mundo. Cuando te vienes a dar cuenta estás dejando atrás un pedacito de tu corazón a esa gente tan maravillosa.

La otra cosa que aún me tiene fascinado de Vanuatu es que ¡por fin¡ conseguà ver, y sobre todo sentir, un volcán activo en explosión. Pero eso te lo cuento más tarde.

¡Cuánto todavÃa por aprender! ¡Aunque haya que ir hasta la otra punta del mundo para vivirlo!
Album de Fotos de Vanuatu en Flickr